martes, 24 de julio de 2007

Cada parte, habla del todo tan incompleto como infinito

No me considero muy clara de ideas. Menos aún alguien ordenada a la hora de expresar, aunque desconozco, ¿qué es peor? El lío de mi cabeza o como trato de darle forma en un par de líneas.

Soy, lo que podría llamarse, alguien poco lúcida y menos afortunada a la hora de expresar. Creo que el resultado siempre da a negativo cuando de letras y palabras se trata, aún así, me he negado enfermizamente a dejar de lado esa parte de mí.

Digamos que la diosa fortuna no me dio una verborrea envidiable, menos coherencia a la hora de, con los pocos recursos, tratar de darme a entender.

Sin embargo, me he negado a rendirme, simplemente porque la escritura y la música me parecen dos de los artes que más expresan del ser de una persona.

Entonces, les digo. Mientras algo se entienda, irá bien.

El tema en este instante es- de manías y gustos varios-. Y no puedo negarlo, a la hora de gustos algo raros, por lo menos en mi circulo social, puedo sorprender (positiva o negativamente, da igual). Por eso me agrada internet, siempre te llevas la sorpresa; ¡adivina! A mí también me gusta aquello.

Quizá es e flujo del mercado, la variedad es amplia y extrañamente siempre hay uno al que le guste, afortunadamente serán dos.

Y bien, ¿qué me gusta a mí? Pues, me gusta el manga y maldito el día en que descubrí que los trazos decían más que mil palabras, cuando estos armónicamente se disponían sublime y delicadamente.

Envidié aquellos que podían, al igual que los músicos, acariciar el universo con la suavidad de sus trazos, como él músico lo hace, con la delicadeza de sus notas. Yo, para ninguno he logrado dotes. Lo cual me apena pues siento mucho ambas expresiones pero presiento que jamás podré sentirlas como lo hace aquel, su autor.

Pero basta de lamentos que a nada llegan, se pierden en el viento,- mas nunca escapan de mí memoria, de la cual son amos y señores-.

Actualmente, y dadas las vacaciones, me ha dado por repasar aquellos mangas que más me agradan. Creo son varios, pero, siempre uno tiene su destacable regalón. De minuto, sólo les nombraré- pues nada más tengo un rato, luego deseo ver si la musa me responde amenamente y me permite redactar unas líneas que me vienen ofuscando de mucho-, estos son:

- Nana, de la renombrada Ai Yazawa, su obra más extensa, y la que cuenta, además del manga, con una serie de anime y sus películas (Ovas), las cuales no me han llamado mayormente la atención, salvo como para revisar todo lo musical del anime y serie. La verdad, no le hago mucho gusto al anime, cuando me he enamorado del manga, le seguí constante hasta que se comenzó a vislumbrar el porqué de los tiempos pasados; allí corté lazos. Hoy, le reencuentro, en su capítulo 69 (volumen 18) y expectante de más.

- Vampire Knight, de Matsuri Hino, nuevamente, una de las series más largas de la autora, cuenta con 31 capítulos actualmente, no tiene anime, tampoco manga. Es un placer dulce, digamos que a su vez ha sido alimento para mí alicaída y casi inexistente musa.

- Goong, es un Manwha, o sí señores, un manga Koreano, la temática es una fantasía. ¿Te imaginas Korea en una monarquía constitucional? Quién escribió este Manwha así lo hizo y, ¿adivina qué? Le salió deliciosamente agradable. La trama puede hacerse ligeramente tediosa pero luego te das cuenta que, tenía que pasar, sino, no estarías comiéndote las uñas ahora preguntándote ¿qué va a pasar? Actualmente, en su volumen 14, con un Dorama (Goong, que no es Goong S su segunda parte, sino aquella que prontamente- así esperamos- salga a luz)

No soy muy de anime, salvo sea un buen drama, una tremenda comedia, y un buen final- que, puede ser tanto feliz, como infinitamente triste-. Igualmente estuve viendo dos series por mí cuenta en estos tiempos. Romeo y Julieta (hasta el 15), nada más digamos con sinceridad, por el hecho de saber que al final, tendré una sabrosa tragedia. Porque, oh sí, amo la tragedia. El otro que “vi” (me aburrí cuando descubrí cuales eran todas las presentaciones) por la música clásica que usaban era La corda d’ oro. No me puedo quejar, simplemente cerraba los ojos, y viajaba con as composiciones (se me van los nombres de los compositores, me sirvió también para recordar muchas que simplemente había olvidado mas no debiese nunca de haberlas dejado atrás).

Y bien, eso sería ahora.

Pretendo, reseñar un poco. Y freakear de vez en cuando (todavía no abandono, como ya confesara, los gustos fickeros). ¿Por qué hacerlo así, y no en un diario personal? Por que si bien tengo la intensión de hacer esto, para descubrir lo que hay dentro de uno a ciertas personas a quienes he impedido de ver parte de mí (a futuro), también deseo compartir gustos (presente). Pero, más que nada, y con fuerza, confusión y anhelo, deseo descubrir un poco de aquello que me disgusta en mí aquello que en lo confuso de la mente humana a veces, se vuelve un meollo, y no se le reconoce forma ni razón-. Te permito que me confieses, ¿qué es realmente, aquello que guardas en ti?-.

Saludos.

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